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Nací en Viedma y desde que tuve uso de razón, supe que me quería ir a estudiar pero en casa los recursos eran muy escasos. Mi papá falleció cuando yo tenía 4 años, y mis hermanas tenían 6, 3 y 1 año, así que nos quedamos las cuatro con mi mamá, que es una leona y supo trabajar duro para que no nos falte nada.

Empecé a trabajar a los 15 años, haciendo canelones que vendía los fines de semana a familias del colegio y entregaba yo misma, a pié, los domingos a la mañana. También trabajaba como promotora en la Cooperativa Obrera de Patagones; vendía cosméticos por catálogo para mi tía, que era revendedora, y repartía volantes en la calle, casa por casa, con publicidades varias;  todo para lograr llegar a La Plata y ¡estudiar!

Llegué, no fue fácil, siempre trabajé y estudié, me recibí y acá estoy, ¡compartiendo estas líneas con ustedes hoy!

Para mí, el coaching sistémico es la historia que acabo de contarles; es tomar todo lo que nos ofrece el sistema, convertirlo en oportunidades y en posteriores acciones.

A mí me gusta definir el coaching sistémico como una experiencia, con lo cual quiero decirles que siento que todo lo que pueda expresar con palabras de ahora en más, probablemente no alcance a describir totalmente lo que es el enfoque sistémico.

Voy a empezar por contarles que en una sesión de coaching sistémico existe un cliente, un coach y un sistema (espacio) que en el momento de la sesión ambos comparten.

 

 

Cliente y coach están en el mismo nivel. El coach utilizará recursos con lo que trae el cliente, siempre desde una posición baja, no desde una verdad absoluta, sino desde una mirada empática.

El propósito de una sesión de coaching sistémico es que el cliente pueda diseñar futuro a partir de visualizar lo que necesita o quiere que pase y que, por alguna razón (juicios, creencias, experiencias, la propia historia), no está pudiendo ver, es como correr la cortina y de repente empezar a ver algo que estaba oculto para nosotros.

Las etapas en una conversación de coaching sistémico son cuatro:

  • La primera etapa de la conversación tiene que ver con la creación de contexto e intimidad con el cliente.
  • La segunda es el acuerdo de coaching, cuál es el resultado que quiero obtener de la sesión o del proceso y sus respectivas preguntas de precisión y enfoque.
  • La tercera etapa es la de profundización o exploración sobre el tema en cuestión y el aterrizaje.
  • Y la cuarta, y la más importante, es la del diseño de futuro o plan de acción en virtud de la exploración y el propósito de la sesión.

Ahora vamos a recorrer con un poco más de detalle las etapas.

La primera. “Cuando hablamos de creación de contexto nos referimos a hacer un ‘check in’ del cliente, saludarlo y preguntarle, por ejemplo, ¿estás listo para comenzar? Observar y estar atento a todo lo que el sistema o contexto nos está mostrando antes de comenzar… Por ejemplo, si el cliente llega unos minutos demorado y luego el tema que quiere tratar es un tema de ‘posponer alguna cuestión en su trabajo’, podemos tomar esta situación previa a la sesión y preguntarle al cliente, desde una posición baja y de genuina curiosidad, si encuentra alguna relación entre ambas cosas.

La segunda. Un acuerdo bien definido es la mayoría de las veces una garantía de lograr resultados exitosos. Por ejemplo, si un cliente dice “yo quiero recuperar la confianza en mí mismo”, es clave poder realizar una pregunta de precisión, tal y como ¿en qué aspecto de tu vida quieres enfocarte hoy? Ejemplo, en el trabajo. Ok y ¿hay algo particular que ocurrió o está por ocurrir en el trabajo por donde quieras empezar? Ir de lo particular a lo general para que lo que se explore y observe en la sesión pueda también extrapolarlo a otras situaciones e inclusive, a otros dominios de su vida.

La tercera. La exploración del tema es el corazón del proceso; el desafío es encontrar oportunidades a partir de lo que ofrece el sistema y emerge en la profundidad del diálogo interior del cliente. Incluso, de sus silencios.

Compartir ético, compartir sensaciones y descripciones de escenario ideal son algunas de las herramientas que se utilizan en esta etapa, para que a partir de la visualización del futuro al que aspira, el cliente empiece a diseñar la hoja de ruta que lo llevará hacia eso que desea que ocurra.

La cuarta. La última etapa tiene que ver justamente con aterrizar ese plan de acción, con hitos y acciones concretas que le permitan tangibilizar los resultados que se propuso en el acuerdo y también con prever qué obstáculos podrían aparecer y planificar acciones específicas para mitigar los mismos.

 

Condición innegociable

Todo esto sobre la premisa que el cliente se encuentra en una habitación de hotel y que para ingresar debemos golpear la puerta y él nos otorga permiso para pasar.

En una conversación de coaching es imprescindible pedir permiso para interrumpir.

Es su espacio de intimidad, su profundidad, su diálogo interno, los que vamos a interrumpir.

La modalidad y la oportunidad de hacerlo son claves para el éxito de todo el proceso.

Y vos, ¿qué metas te proponés alcanzar? ¿Estás trabajando en acciones concretas para lograrlas?