En artículos anteriores empezamos a recorrer, semanas atrás, el proceso que denominé “Construyendo certezas, en tiempos de incertidumbre”.
Al mismo lo dividí en tres pasos: la visualización de un propósito, seguido por el diseño de un proyecto y la definición de un plan de acción que hace operativo y realizable lo anterior.
En el propósito nos enfocamos en definir un destino, una aspiración, y es un paso básicamente cualitativo, lo que sigue es la definición de las etapas y los hitos con aspectos concretos, operativos y cuantitativos, que conectan el presente con el futuro deseado.
El proyecto se concentra en clarificar el qué, aquello que permite alcanzar la aspiración.
Dentro del mismo hay una primera fase de “Preparación o Estrategia”, que nos permite validar nuestro propósito y ajustarlo a nuestras posibilidades y contexto.
- Análisis del entorno competitivo, tecnológico, cultural, social y normativo que se vincula con nuestro fin. En él comparamos nuestras fortalezas y debilidades con las oportunidades y amenazas del contexto (FODA).
- Diseño de nuestra propuesta de valor/Cliente ideal y audiencia/Definición de objetivos Smart (S: Específico- M: Medible- A: Alcanzable- R: Relevante- T: A tiempo.
- Plan de comunicación que conecte nuestra propuesta con los clientes “objetivo o ideales” y aquellos que forman parte de la “audiencia”.
- Caracterización de las etapas del viaje y los hitos que las van hilando: es importante definir con claridad qué metas integran cada etapa y por qué. Por ejemplo, si estamos diseñando un nuevo producto o servicio, será importante en la etapa previa a la comunicación, definir un prototipo y algunos ensayos o pruebas que nos validen el mismo.
- Análisis de potenciales riesgos y situaciones de contingencia, lo que nos permitirá tener la flexibilidad necesaria para reducir lo imprevisible haciendo visible lo que solemos considerar, en la fase de despliegue, como “imprevistos”, teniendo opciones ante los “cambios climáticos” del viaje.
Una vez completada la primera etapa de “Definición de estrategia” es importante confirmar que la misma va en consistencia con lo que planteamos en el propósito.
El siguiente paso será detallar cada una de las “etapas del proyecto”: los recursos que necesitaremos; con quiénes podemos asociarnos; cómo nos vamos a financiar; cuáles serán los ejes de comunicación con nuestro público objetivo; cómo vamos a medir el avance de la ejecución que nos hemos propuesto.
Será importante fijar con claridad y en detalle los hitos a cumplir, sus plazos y un criterio de seguimiento para validar el avance de lo planificado.
Cuando puse en marcha mi emprendimiento Tu Casa Tu Empresa, tenía muy claro el propósito: ofrecer servicios de organización y coaching a casas y empresas.
En la etapa de diseño del proyecto, descubrí que tenía que profundizar ciertos conocimientos especialmente socioculturales, de un mercado que no conocía y al que llegaba con una oferta “novedosa”. En paralelo, comencé un entrenamiento en redes sociales para poder comunicarme a través de las mismas, ya que tampoco era nativa de redes, y también definí algunas contingencias que me sirvieron especialmente para el tiempo de pandemia que nos toca vivir.
En mi caso, puse especial énfasis en la definición en detalle de cada etapa del proyecto y eso, en mi opinión, fue lo que me ayudó a poder ponerlo en marcha, exitosamente y en los plazos que me había propuesto.
El propósito (nuestro puerto de llegada), sólo se alcanza si el proyecto (nuestro barco), es claro, completo, consistente y reúne las condiciones de ser posible y desafiante a la vez. Si hay algo que todos mis clientes valoran y recuerdan con gratitud luego de poner en marcha sus proyectos, es esta fase previa de discusión y planificación que enriquece y potencia el despliegue de sus metas.
La próxima semana les prometo completar los detalles y características de la tripulación que van a necesitar para que sus planes de viaje -también llamado plan de acción- sean exitosos y lleguen a destino tal como lo desean.
¡Qué tengan una excelente semana!
Gracias por la cercanía y el cariño que me transmiten día a día.