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Cada vez que termino de organizar una casa, dedico las últimas dos horas a conversar con mis clientes acerca de los procesos claves que tienen que empezar a cambiar en paralelo en ese hogar y que van a posibilitar que ese “orden” que hicimos perdure en el tiempo.

Como ya he mencionado en artículos previos, estoy convencida de que “tu casa es tu primera gran empresa”, y administrarla y planificar las rutinas que tienen que ocurrir a diario en ella es lo que en definitiva nos permite hacerla más productiva y vivir mejor.

A modo de recordatorio, algunos de los procesos a listar y tener definidos en casa son:

  • Limpieza y mantenimiento
  • Lavado, planchado y guardado de ropa
  • Pedidos al supermercado; frutería y carnicería
  • Planificación de comidas
  • Actividades escolares
  • Actividades sociales y deportivas

La lista puede seguir o variar en función de las necesidades de cada persona y/o casa, como siempre digo, hay tantas maneras de organizar un espacio como personas en el mundo.

Pero sin lugar a dudas, una de las preguntas más frecuentes después de listar y terminar de definir los procesos de una casa es ¿cómo llevar un registro efectivo de gastos sin claudicar en el intento?

Para mí es sumamente importante y desafiante también tener un control de lo que ingresa y egresa en nuestra economía toda. Y cuando digo “toda” me refiero hasta lo más mínimo, eso que creemos que no vale la pena registrar, porque a veces la suma de esos detalles, hacen la diferencia.

 

Ingresos:

  • Sueldos
  • Honorarios
  • Reintegros
  • Algo que vendimos. Por ejemplo, el cochecito doble o la silla de comer de bebé que ya no usamos; la bicicleta anterior porque nos compramos una nueva; y tantas otras cosas que tenemos en casa en desuso y pueden convertirse en un considerable ingreso.

Egresos:

  • Gastos de supermercado. Tener un proceso mediante el cual definimos qué cosas vamos a comprar por semana, quincena o mes, además de ordenarnos y tener las cosas que necesitamos cuando las precisamos, nos ayuda a tener una previsión de gastos y adecuar en todo caso nuestro bolsillo en función de lo estrictamente necesario. Contar con una lista predeterminada de productos agiliza mucho las compras y evita olvidos. Sirve también para poder realizar los pedidos por mail o por web, ya que con repetir el pedido y sacar o agregar algunos ítems es suficiente.
  • Gastos de verdulería y carnicería. En la mayoría de las casas, estos son ítems que van adicional al supermercado. Esto significa que cuando vamos al supermercado, quizá compramos allí estas cosas, pero el resto de las semanas lo hacemos de manera individual. Es importante contar con un gasto estimado en estos dos rubros, que solemos minimizar, pero suman dentro del número total.
  • Gastos de ropa y calzado para toda la familia. Con relación a este punto es muy útil revisar por temporada aquello que necesitamos nosotros o algún integrante de la familia y realizar compras conscientes en función de las cosas que realmente tenemos que renovar o queremos incorporar.
  • Gastos de mantenimiento de la casa. Este es un ítem de esos que nos saca de nuestra estabilidad no sólo económica, sino más bien emocional. Se nos rompió el lavarropas, el horno, el microondas, o el calefón y la verdad la mayoría de las veces esa situación altera nuestra rutina y además, en general, repararlos incide sobre manera en nuestra economía. Importante: tenerlo listado y que forme parte de nuestros egresos en la cuenta mensual.
  • Gastos de colegios o universidades: cuota, materiales, uniformes o delantales etc.
  • Gastos en servicios e impuestos: luz, gas, teléfono, internet, cable, etc.
  • Gastos de tarjetas de crédito o financiaciones.
  • Gastos del personal (si los hubiere): empleada doméstica, niñera, jardinero, etc.
  • Gastos de salidas recreativas/sociales: regalos de cumpleaños de niños y grandes, cenas con amigos, helados, meriendas, desayunos y todo lo que represente gastos de nuestro bolsillo debe registrarse.
  • Gastos de movilidad. De auto: patentes, mantenimiento, nafta, gas, gasoil; o colectivo, tren u otro medio. Tener presente un estimado de lo que necesitamos para trasladarnos es súper importante porque sigue sumando a la lista.

 

Por supuesto, la cantidad de ítems varía de acuerdo a cada persona o familia, pero en líneas generales las categorías son esas.

Una vez que tenemos nuestra lista con ingresos y egresos, sugiero en todos los casos revisar cuán necesario es el gasto que estamos por hacer, si lo teníamos previsto o surgió de repente y si realmente va en consistencia con lo que queremos para nosotros.

Mi experiencia es que llevando una planilla (manual, Excel, Access, la que más nos resulte), todos los meses puedo maximizar mis ingresos y minimizar los egresos. Y por sobre todas las cosas, creo profundamente en el concepto de “circularidad” que cuando ingresa algo nuevo, se va algo que tenemos y ya no usamos. Estoy convencida de que se genera un efecto dominó en nuestra vida, en ese dar y recibir, que también impacta en nuestros espacios y la economía de nuestro hogar.

Entonces, la organización de las finanzas en casa, sumada al orden físico de los espacios, completa un círculo virtuoso de armonía y bienestar que sin lugar a duda nos ayuda a vivir mejor.

Siempre… ¡Cuentas claras conservan el hogar!