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Muchas veces al iniciar el año o en determinados cambios de período nos proponemos objetivos relacionados a oportunidades de empezar…

 

  • A ordenar la casa
  • A planificar mejor nuestras actividades
  • A dedicarnos más tiempo para nosotros
  • Ese curso que tanto nos tienta
  • A ir más seguido al gimnasio
  • A comer mejor
  • A ver más a nuestros amigos
  • Ese proyecto personal que venimos pensando y aun no nos animamos..

 

La lista sigue y se adapta a cada persona, cada situación, cada historia de vida, cada realidad. Lo cierto es que cuando pienso en “empezar”, automáticamente y casi a la par se me viene a la cabeza la palabra “animarse”: animarse a empezar. Animarse a empezar, desde mi mirada implica saber que puede salir muy bien, no tan bien y también puede no salir, pero atreverse a salir de la famosa “zona de confort” es el comienzo de todo, un camino de ida…

En mis organizaciones, escucho a mis clientes decir: “No se por dónde empezar” o “No empiezo porque después no sé cómo voy a hacer para mantenerlo” o “ Si yo ordeno, mis hijos desordenan”.

Lo cierto es que nos cuesta empezar, en general el mayor desafío es vencer la inercia, esa que nos hace accionar todos los días de determinada manera, la que nos permite quejarnos y la misma que nos quita la posibilidad de vivir más livianos.

Como siempre me piden que comparta el paso a paso, a continuación mis cuatro pasos para animarnos a empezar:

1-El primero y más importante de todos es tener en claro qué quiero que pase. Si seguimos con el ejemplo de la organización de una casa, es detenernos unos minutos y visualizar cómo quiero ver mi casa: cómo me imagino mi cocina, mi lavadero, mi vestidor, el cuarto de los chicos. Qué me gustaría ver al ingresar a mi casa y esto no tiene que ver con muebles o decoración, tiene que ver con la repisa llena de cosas, la silla colmada de ropa, la pila de papeles al lado de la computadora, tiene que ver con poder, en un vistazo, imaginarnos nuestro hogar como nosotros queremos. Les aseguro que es un ejercicio placentero y que una vez que afinamos el ojo, ya observamos más y mejor… ¡a entrenarnos!!

2-El segundo paso es el “cómo”. Ahora que ya visualicé lo que quiero que pase en mi casa, el desafío es cómo lo hacemos. Lo primero y más importante es compartir esta mirada con el resto de los integrantes de la familia, contarles e incluirlos en el plan que tenemos: “Quiero organizar la casa, se me ocurre empezar por aquí y pensaba que podíamos hacerlo entre todos, ¿que les parece?”. A modo de ejemplo, pero les aseguro que funciona, es un paso que solemos omitir y comenzamos a hacerlo solos muchas veces sin éxito porque nuestro entorno simplemente cree que vimos algún programa que nos motivó a organizar, pero que pronto se nos pasará el furor por el orden. Una vez que comunicamos nuestro “qué”, y logramos alguna adherencia de nuestra familia (en general no siempre en la primera vez se obtiene el ciento por ciento de adhesión) ya estamos en el “cómo” y en este paso, mi sugerencia siempre es empezar por espacios pequeños, cajones, o lugares de mucha visual y realmente marquen una diferencia… Mi método ya lo conocen: Abrir-Organizar- Transformar, pero repaso las “5S” para este paso: Separar, Situar, Suprimir, Señalar y Seguir.

3-El tercer paso y súper desafiante es el “quién”, ahora que vimos lo “que” queremos, lo comunicamos y ya sabemos “cómo” vamos a hacerlo porque tenemos un método que nos guía para empezar, la pregunta es “quién” lo hace y no sólo eso sino “quién” lo mantiene. La clave en este punto es que los que compartimos la casa, estemos involucrados con lo que está pasando y sepamos el motivo por el que lo hacemos; hijos, parejas, empleados, por eso es clave “comunicar” y no dar por sabidas las cosas, para entre todos sumar propuestas y que el cambio que hagamos verdaderamente se sustente en el tiempo.

4-El cuarto paso es “cuándo” empezamos. Y acá es donde me gustaría hacer foco, porque el “qué”, el “cómo” y el “quién” siempre pueden variar, pero el “cuándo”, es hoy.

El momento es ahora; con tus propósitos y deseos para cumplir, acá estoy para animarte: ¡empezás hoy!